Hoy se cumplen 51 años del golpe de Estado al gobierno de Salvador Allende. Fue un contingente militar encabezado por Augusto Pinochet el que termino con la ininterrumpida historia democrática de Chile en 1973. Esta fecha lejos de recordar la política intervencionista de los Estados Unidos y sus tantos atracos a los Estados que no se alinean a sus intereses, debería servirnos como punto de partida para reflexionar sobre la dirección política que están tomando los pueblos latinoamericanos en la contemporaneidad.
Por Emilio Gómez – IG: @akulibros_umu
Es escandalosa la polaridad política que asola los diferentes países de la región. Los grupos extremistas cada día ocupan más espacios en la sociedad. Ahora mismo nuestras democracias se encuentran en situación crítica. No hace mucho en el “país de las libertades”, Estado Unidos, estallo un intento de golpe de estado desde la esfera civil, similar cuestión vivió Brasil y Perú. En los tres casos fueron grupos de la extrema derecha los que se olvidaron del respeto a la constitución y la defensa de la libertad porque sus candidatos no alcanzaron los votos necesarios, aún en Perú se sigue socavando el sistema democrático desde un parlamento y una presidente sin valores y con serios cuestionamientos de corrupción. Venezuela, Cuba y Nicaragua están raptadas por dictaduras militares disfrazadas de gobiernos socialistas desde hace años. En El Salvador un nuevo caudillo parece erigirse y en Argentina un gobierno con discursos extremistas llego al poder hace poco.
Lamentablemente tambien crecen las posturas negacioncitas sobre las masacres perpetradas por el régimen autócrata pinochetista. A pesar de los trabajos de una comisión de la verdad, además de publicaciones históricas, periodísticas y hasta de documentos desclasificados de la central de inteligencia americana (CIA), las personas que se empeñan en ablandar o excusar el accionar sangriento de Pinochet no es menor. Lo preocupante es que contextos similares se viven en otros países con situaciones de memoria de igual calibre.
Parece que aún estamos lejos de esas “grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”. Palabras finales que dejó como epifanía y mensaje de esperanza el presidente Allende. Aunque no quiso que lo recordaran como mártir, fue la historia la que dejó su defensa por la libertad como ejemplo de lucha.
Redacción: Emilio Gómez – IG: @akulibros_umu
Fotografía: www.gob.cl – Chas Gerretsen
